Cronista

Las escuelas y la iglesia de las casas aisladas de Valdelacalzada.

 

José Tamés Alarcón, Jefe del Servicio de Arquitectura del Instituto Nacional de Colonización, en el artículo “Actuaciones del Instituto Nacional de Colonización 1939-1970” publicado en la revista oficial del colegio de arquitectos de Madrid número 3 de 1988, nos habla de la habitabilidad en el medio rural y el debate que se planteó desde el primer momento el INC.

Si exclusivamente se consideraba el aspecto económico de la explotación, habría que inclinarse por la ubicación de la casa en la parcela, ya que la agrupación de las edificaciones formando pueblos o núcleos presentaba los siguientes inconvenientes:

– Pérdida del tiempo invertido en el traslado a la parcela del colono y familiares que con él trabajan; la influencia que en la producción ejercen estas pérdidas de tiempo, correspondientes a desplazamientos, la estiman algunos técnicos agronómicos en un 1 O a un 12 por 1 00 a partir de distancias iguales o superiores a 3,00 Kms. – Transporte de los piensos producidos en la parcela y consumidos por el ganado estabulado en las dependencias situadas en el pueblo. – Transporte del estiércol producido en dichas dependencias y utilizado en las parcelas. No cabe duda, asimismo, que, aunque en el ambiente rural se verifica una acción autodepuradora, el alojamiento del ganado, necesario para la explotación, en dependencias agrícolas dentro del pueblo, presenta inconvenientes que hace más ventajosa la situación de la casa en la parcela desde el punto de vista higiénico. Sin embargo, esta disposición de las casas aisladas en las parcelas también tiene a su vez aspectos negativos:

– Se hace mucho más difícil la prestación de los servicios dotacionales y de equipamiento y, en general, la indispensable vida social encuentra más dificultades en la dispersión de las casas por muy perfecta que sea la red viaria que conduzca a los centros de servicio. – El coste de la construcción es mucho más elevado por no existir muros medianeros y por la dificultad añadida de la lejanía de aquélla respecto de los lugares normales de trabajo; se encarecen también, esencialmente, la dotación de servicios de agua y electricidad, aunque se economice una parte de los gastos de pavimentación; la construcción de viviendas aisladas pudo comprobarse que sufría por término medio un incremento del 15 al 20 por 1 00 con relación a las agrupadas”.

El Instituto Nacional de Colonización diseñó, inspirándose en algunas experiencias observadas dentro y fuera de España, los núcleos de lo que se llamó poblados de Colonización y en algunos casos como en Valdelacalzada, además del poblado, las viviendas dentro de la parcela de explotación agraria. Las denominadas “Casas Aisladas”. Con ello perseguía eliminar tiempos y distancias entre la parcela y la residencia del colono.

El grupo de 154 viviendas aisladas construidas en el término de Valdelacalzada para los colonos provenientes en su mayoría de Puebla de la Calzada y Montijo fueron adjudicadas una vez terminado el pueblo. Había entonces que resolver la escolarización de los niños que vivían allí con sus padres y por interés del régimen también los oficios religiosos para pobladores “aislados”.

Avanzado ya el plan de explotación agraria, casi 10 años de terminado y habitado el núcleo urbano de Valdelacalzada, en 1964 el INC adjudica la construcción de dos capillas-escuelas con viviendas de maestros en la zona regable del Canal de Montijo a la empresa de Toribio Conejo López en la cantidad de 3.361.259,74 pesetas, publicado en el BOE de 24 de febrero de 1964. Se está saliendo, pero aún persiste la orientación autárquica de la economía española. Solo dentro de esta concepción tiene sentido tal iniciativa, más aún cuando ya se va disponiendo, (sin que sea una excepción) de medios mecánicos para desplazarse, bicicletas, motocicletas y algunos coches.

La zona que nos concierne, escuela y capilla, fueron ocupados desde el primer momento por el alumnado de la zona que tenía serias dificultades para poder asistir a los centros escolares situados en el núcleo urbano de Valdelacalzada o en los de los pueblos cercanos de Puebla de la Calzada y Montijo. Fue una hija de colono, Ascensión Corcobado la primera maestra encargada de la educación de los jóvenes y niños.

El centro educativo lo componían dos aulas y una zona de recreo, junto a las cuales se encontraban la vivienda para el maestro, separada de la misma y en edificio exterior la capilla en la que igualmente había una pequeña vivienda para el sacerdote. Las aulas eran unitarias en las que había alumnos de todas las edades hasta que a partir de 1970 y con la Ley General de Educación de Villar Palasí que extendía la obligatoriedad hasta los 14 años dividiéndose en dos etapas, el alumnado entre 8 y 10 años se trasladaba en transporte hasta un centro escolar en Montijo. La maestra Carolina Merino Muñoz ejerció su docencia en las Casas Aisladas desde 1970 hasta 1992. Cacereña, llegó recién casada desde su destino anterior en Granada y ocupó la vivienda para maestros donde vivió con su familia muchos años. De alguna manera llegó a ser, como ella dice “maestra, sacerdote e incluso alcaldesa”. En los primeros años contaba con más de 70 alumnos de todas las edades hasta que hacia 1975 en que ella misma solicitó el transporte escolar los alumnos mayores pudieron ir a Montijo. Se encargaba de la preparación de los niños y niñas para la primera comunión e incluso hizo las gestiones para que las familias se empadronaran en nuestro municipio para que pudieran recibir recursos para arreglar caminos y otras instalaciones.

Ya también se estaba iniciando el movimiento migratorio del campo a la fábrica que produjo un vaciado importante de jóvenes y algunas familias hacia las ciudades. Eso explica la escasa repercusión obtenida máxime cuando la mayoría de los adjudicatarios de las casas aisladas a los que iba dirigida la iniciativa, eran vecinos de Montijo y Puebla de la Calzada o hijos de colonos de Valdelacalzada, que mantuvieron sus vínculos con sus respectivas procedencias. La escuela tuvo una repercusión más prolongada, aunque con una ratio escasa en los últimos tiempos. Pero la iglesia nunca tuvo sacerdote asignado, siendo el párroco de Valdelacalzada el encargado de atenderla. Al principio algún oficio esporádico y poco más. Se celebraron actos sociales como Primeras Comuniones, y ahí acabó su historia. No tuvo mayor repercusión ni significado llevando ya muchos años sin función de culto, cerrada y en continuo deterioro. La escuela se cerró a mediados de los 90 y tienen una conservación aceptable gracias sobre todo al proyecto realizado por la Asociación Espacio Joven en 1997 subvencionado por la Junta de Extremadura con el objetivo de convertirlo en un centro de ocio y convivencia, la intervención de un Taller de Empleo en 2005 y a las labores esporádicas de mantenimiento que realiza el ayuntamiento.

Actualmente podemos encontrar dentro de su perímetro, en la zona exterior de las instalaciones a las que hemos hecho referencia, un mirador que se utiliza en las visitas que se realizan con motivo de Valdelacalzada en Flor, un proyecto de desarrollo rural y promoción turística de la localidad que cada año reúne a miles de visitantes en sus diversas actividades.

Emilia Ramos Silva
Emilia Ramos Silva

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