Cronista

Chozos Pastoriles

En los tiempos anteriores a la colonización cuando las tierras pertenecían a la finca La Vara, propiedad de Dolores Gragera Amigo, se llevaba en un sistema mixto de tierras de labor y aprovechamiento ganadero, unas 600 hectáreas se dejaban de pasto, principalmente la zona situada entre el arroyo Cabrillas y el río Guadiana. El tipo de ganado era vacuno, lanar y cerda y eran explotados directamente por la propietaria lo que explica la contratación de pastores para tal efecto y la existencia de estos chozos en la zona.

En 1955 cuando la familia Lozano Picón llega a Valdelacalzada recibe el lote número 158. La parcela está situada en la zona de los novilleros y la casa en la calle la Luna. En la parcela que se encuentra casi a 4 Km de la población, cerca del río Guadiana, había una serie de construcciones en peor y mejor estado que Francisco va arreglando poco a poco a medida que los ingresos van siendo mayores. Aquellas construcciones, les explican otros colonos que llegaron antes, se habían utilizado incluso para domar vacas.

El conjunto lo componen un chozo circular con el techo de bayón, que se encuentra en buenas condiciones y que les servirá para guardar algunos aperos y para descansar en las largas jornadas ya que la familia marcha por la mañana hacia la parcela y no vuelve hasta la noche debido a la larga distancia que hay que recorrer hasta la población.  Dentro de aquel chozo había una chimenea y un pequeño apartado para guardar la leña. El suelo, de rollos de piedra, presenta una zona elevada a especie de entarimado de obra que ellos utilizaban para poner un colchón y descansar. El techo está formado por maderos entrecruzados y cubierta vegetal que se encuentra en malas condiciones así que ponen una viga central y una estructura para cubrir con tejas a dos vertientes.

En la parte interior junto a la puerta había una fecha, es de suponer que era de la construcción en 1902”. Daniel Lozano Cruz (nieto de Francisco Lozano)

Podemos decir que es el único chozo que queda de antes de la Colonización, había alguno similar en el entorno, pero ya no existen. En la propia parcela de Francisco se encontraron otro, pero ya derruido. Muy cerca de allí en la parcela de Juan Nogales había un chozo pastoril que se derrumbó para la construcción de naves para el ganado pues estaba situado en la parte más alta y allí no llegaban las aguas del rio en cuanto se producían las lluvias debido a que esta parcela no estaba protegida por el muro de contención.

José Luis Aradilla Sánchez cuenta que, en la parcela de su padre, situada junto a la calzada romana, uno de los primeros colonos llegado a Valdelacalzada en octubre del 48, había dos chozos como el del muro, uno de ellos tenía el techo de fibra vegetal y el otro estaba medio derruido. Su padre le contó que lo usaban los pastores que había en la zona antes de que las tierras se pusieran en regadío.

Si realizamos una pequeña investigación podemos encontrar chozos circulares en toda la zona, algunos a medio derruir y otros que solo conservan las paredes como parece es el caso de Torre Chica.

 

En la primera fotografía podemos ver cómo eran originariamente estos chozos, con la chimenea en la parte alta del tejado, pertenece al blog “La ciudad dormida”

  

En la actualidad son usados como reclamo turístico para esa población amante de la naturaleza. Si hacemos una inmersión en internet podemos encontrar chozos de este estilo en la zona del Valle del Jerte, en la zona de la Roca y en otros lugares de nuestra geografía y todos son de nueva construcción utilizados como apartamentos rurales pero que tienen una estructura parecida al que nos atañe, en este caso.

Fotografía perteneciente a Cultura Extremeña © Heliodoro Núñez y Antonio Paniagua. 2003.

Emilia Ramos Silva
Emilia Ramos Silva

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